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Alarmante: uno de cada tres niños recibe castigos físicos

Casi dos de cada tres algún tipo de violencia

Alarmante: uno de cada tres niños recibe castigos físicos

Casi dos de cada tres algún tipo de violencia

Un estudio del Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad de la Universidad Austral advierte que el 35,4% de los niños entre 1 y 14 años sufre castigos físicos y más del 50% es víctima de agresiones verbales. El informe reclama políticas públicas urgentes y una legislación específica contra el maltrato infantil.

Un nuevo informe de la Universidad Austral volvió a encender alarmas sobre las prácticas de crianza en la Argentina. Según el Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad, uno de cada tres niños recibe castigos físicos como método de disciplina, mientras que más del 50% es víctima de agresiones verbales, cifras que revelan la persistencia de modalidades violentas pese a que están prohibidas por ley.

El trabajo, elaborado por las investigadoras María Sol González, Victoria Bein y Lorena Bolzon, analiza cuatro dimensiones del desarrollo infantil —hábitat, educación, salud y protección frente al maltrato— y cruza datos oficiales para mostrar un panorama preocupante de la infancia en el país.

Datos clave: castigos físicos, violencia verbal y prácticas severas

Del informe surgen cifras contundentes:

  • 35,4% de los niños entre 1 y 14 años recibió castigos físicos.

  • 6,6% fue víctima de castigos severos: golpes con objetos, palizas, tirones o cachetadas.

  • 51,7% sufrió agresión verbal, como gritos, insultos o descalificaciones.

  • Solo 30,6% recibió métodos de disciplina no violentos.

  • 59,4% experimentó algún tipo de castigo.

Los datos provienen de la Encuesta MICS 2019-2020, realizada por Unicef y Siempro, e incorporan estadísticas más recientes de la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema. Según la OVD, en 2024 los niños y adolescentes representaron el 30% de las víctimas de violencia doméstica, con una tendencia creciente.

“Nueve de cada diez víctimas tienen vínculo familiar con el agresor, y seis de cada diez padecen violencia diaria o semanal”, señala el documento. La violencia psicológica supera el 90% de los casos, mientras que la física se registra entre el 34% y el 39%.

Variaciones por edad y género: los más afectados son los varones de 6 a 10 años

El informe identifica que, en los últimos cinco años, el grupo más afectado por el maltrato es el de niños varones de entre 6 y 10 años.
Mientras que la violencia contra niñas es mayor en casi todos los rangos etarios, en la primera infancia los niños registran más casos que las niñas.

Un dato adicional marca un matiz alentador: entre 2018 y 2024, el uso del castigo físico disminuyó un tercio en la primera infancia, aunque no hubo reducciones significativas en el resto de las edades.

La legislación existe, pero falta la aplicación: vacío en los servicios de orientación

Si bien el Código Civil y Comercial de 2015 prohíbe de manera absoluta los castigos físicos y el trato humillante en todos los entornos (hogar, instituciones y espacio público), las especialistas advierten que no existen servicios de orientación estatales para acompañar a las familias, como establece la propia normativa.

“La persistencia de agresiones verbales y castigos físicos, incluyendo formas severas, señala la necesidad de intervenciones educativas y políticas públicas que promuevan alternativas efectivas”, sostiene el Observatorio.
El informe remarca que el país aún carece de una ley específica de maltrato infantil, a pesar de los avances logrados con la Ley Lucio Dupuy en 2023, que obliga a docentes, médicos y funcionarios a denunciar situaciones de violencia.

Impacto en salud mental y desarrollo

Los especialistas advierten que la violencia en la crianza no solo afecta el bienestar inmediato, sino que incrementa riesgos de:

  • trastornos de salud mental,

  • ideación suicida,

  • dificultades emocionales,

  • problemas cognitivos y de aprendizaje.

En este contexto, Unicef sostiene que el 95% de los adultos cree que los chicos no deben ser castigados físicamente, pero ese consenso no se traduce en las prácticas cotidianas. Por eso, desde hace cinco años impulsa campañas como #FinALaViolencia y la “Guía práctica para evitar gritos, chirlos y estereotipos”, destinada a promover métodos de disciplina respetuosos.

Una deuda social pendiente

El informe concluye que la violencia en la crianza constituye un problema estructural que exige políticas públicas sostenidas, apoyo a las familias, formación de equipos docentes y campañas de sensibilización.

“La deuda pendiente es avanzar hacia entornos de cuidado respetuosos y libres de violencia. Los datos muestran con claridad que queda mucho por hacer”, advierten las investigadoras.