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El arte del tiempo: Héctor De Cuadra, el orfebre que guarda la memoria de 25 de Mayo

A los 13 años, Héctor De Cuadra dio el primer paso hacia lo que sería su oficio de toda la vida: la orfebrería.

El arte del tiempo: Héctor De Cuadra, el orfebre que guarda la memoria de 25 de Mayo

A los 13 años, Héctor De Cuadra dio el primer paso hacia lo que sería su oficio de toda la vida: la orfebrería.

A los 13 años, Héctor De Cuadra dio el primer paso hacia lo que sería su oficio de toda la vida: la orfebrería. Fue en una fábrica de joyas en la ciudad de Buenos Aires donde comenzó a forjar su camino, impulsado por la curiosidad y la dedicación. Con el tiempo, y tras capacitarse en relojería en una reconocida escuela suiza, regresó a su pueblo natal para abrir su propio taller, que aún hoy sigue activo.

De Cuadra es actualmente el único orfebre en actividad en la localidad de 25 de Mayo, y su labor artesanal ha trascendido el tiempo. "Todavía me traen a pulir piezas que hice hace 25 años", cuenta con orgullo. Entre esas piezas se encuentra una pulsera encargada por el señor Kleibert, uno de los tantos ejemplos de la durabilidad y el valor afectivo que sus creaciones despiertan.

La orfebrería, explica, requiere una precisión extrema. “Hay que volcar el oro o la plata fundidos en un molde, y trabajar el material con mucho detalle”, asegura. Cada pieza es única: De Cuadra importa piedras desde Suiza y las combina con metales nobles para crear joyas personalizadas, verdaderos objetos de arte.

Durante el encuentro con este medio, compartió una joya de profundo valor sentimental: uno de sus primeros trabajos, un anillo de oro con un diamante que lo ha acompañado a lo largo de toda su vida.

A lo largo de las décadas, De Cuadra no solo ha perfeccionado su técnica, sino que también se ha convertido en parte de la historia viva de su comunidad. En cada anillo, en cada cadena, en cada reloj reparado, guarda un fragmento del tiempo de quienes confían en su manos.