
El mundo de los tipos duros
La apelación a la bondad en términos políticos está desacreditada. El término buenismo fue acuñado para desprestigiar cualquier intención de colocar el bienestar de l...
La apelación a la bondad en términos políticos está desacreditada. El término buenismo fue acuñado para desprestigiar cualquier intención de colocar el bienestar de las personas -de todas las personas- como objetivo primordial. Ni bienestar ni comprensión ni compasión. Una coraza de hierro. Que el dolor ajeno, que el maltrato resulte, no solo indiferente, sino objeto de burla o amenaza que debe ser castigada con saña. El buenista es el naif, el débil, el que pone en riesgo a los suyos con su ingenuidad, el que no se entera de qué va al mundo. ¿Y de qué va al mundo que los duros preconizan? Dejemos que no los cuente Netanyahu, uno de sus mejores representantes