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La quiebra de La Suipachense:

Revela el colapso de las economías regionales ante el contexto nacional

La quiebra de La Suipachense:

Revela el colapso de las economías regionales ante el contexto nacional

El cierre de La Suipachense, una histórica planta láctea ubicada en Suipacha (Buenos Aires), dejó a 142 trabajadores sin empleo e impactó gravemente a la economía de la localidad, de apenas 12.000 habitantes. Esta quiebra es una muestra más de la desesperante situación que viven las economías regionales a partir de la actual crisis nacional, en este caso con un golpe directo al sector lechero en Argentina, evidencia de los efectos devastadores de la desinversión y la falta de políticas claras.

La planta, que operaba como uno de los motores principales de la economía local, cerró debido a una combinación de deudas impagas, condiciones de trabajo cada vez más precarias y un abandono total por parte de los empresarios, que no tuvieron opciones ante la crisis que vive la argentina, donde la Nación está más preocupada por favorecer a los sector financieron que a los productivos.

“El día que apagaron la caldera”

Walter Oliva, quien trabajó durante 25 años en la planta, relató con angustia lo sucedido: “El día que apagaron la caldera marcó el final definitivo”, comentó. La caldera, que funcionaba las 24 horas, simboliza la parada de toda una industria que, según Oliva, solo seguía en pie gracias al esfuerzo y dedicación de los propios trabajadores, quienes incluso aportaban herramientas y equipos personales para mantener la producción.

El cierre de La Suipachense se convirtió en una de las postales más crudas de la crisis láctea.

El cierre de La Suipachense dejó a la comunidad de Suipacha en una situación desesperante. La pérdida de los salarios de los 142 empleados directos generó un colapso económico, estimado en la pérdida de $300 millones que ya no ingresan al pueblo. Este impacto se refleja en el aumento de la pobreza, la falta de trabajo formal y la creciente dependencia de colectas solidarias.

“La pobreza se ve en todo el pueblo. Esto nos devastó a todos”, señaló Oliva, quien detalló que los vecinos sobreviven gracias a las rifas y colectas para conseguir lo básico: arroz, carne y harina.

No es un caso aislado: se suman similitudes con SanCor y Lácteos Verónica

El cierre de esta empresa no es un caso aislado. La industria láctea atraviesa una crisis profunda que afecta tanto a empresas grandes como medianas. Empresas emblemáticas como SanCor y Lácteos Verónica atraviesan situaciones críticas, con plantas paralizadas, deudas millonarias y miles de empleados despedidos. La caída en el consumo, el aumento en los costos de la leche cruda, la falta de competitividad en las exportaciones y el incremento en los costos de energía e insumos son algunos de los factores que agravan la crisis.

La industria atraviesa un derrumbe que abarca a firmas grandes, medianas y pequeñas.

La Justicia ya decretó la quiebra de varias empresas importantes, como ARSA, responsable de la marca SanCor, que dejó a más de 400 empleados sin cobrar y con una planta paralizada. Además, se suman las dificultades económicas de otras compañías medianas, como La Lácteo y Sudamericana de Lácteos, que arrastran deudas millonarias con los productores de leche, conocidos como tamberos.

Impacto directo en las familias de los exempleados

La crisis del sector lácteo también afecta a las familias. Para Walter Oliva, la pérdida del empleo en La Suipachense representa mucho más que la desaparición de un trabajo; es el colapso de toda una comunidad que vivía de la actividad lechera. El pueblo entero se ha visto afectado y el futuro laboral es incierto. “Estamos todos juntos, pero es tristísimo, hasta los cumpleaños de 15 se celebran en el acampe”, dijo, refiriéndose a las ollas populares y el campamento que los exempleados montaron frente a la planta, como forma de protesta y solidaridad.

La debacle láctea se desarrolla en un contexto nacional de destrucción del empleo.

El panorama es aún más grave. Desde diciembre, el sector privado perdió más de 29.000 puestos de trabajo registrados, de los cuales 15.000 fueron en el sector formal. Las grandes empresas, incluidas firmas como Vicentin, YPF, General Motors y Nestlé, aplicaron despidos o suspensiones, aumentando aún más la tensión en una economía ya muy golpeada.

Para los especialistas, la recuperación del sector lácteo solo será posible mediante una intervención urgente que estabilice la cadena de producción y regule los precios de insumos y energía, además de generar políticas que impulsen el consumo, de productos que están cada vez más inaccesibles. Sin embargo, la falta de reglas claras y la continua desinversión hacen difícil un futuro optimista para las empresas lácteas y los trabajadores afectados por esta crisis.

El cierre de La Suipachense es un indicador del colapso de las economías regionales en general y del sector lechero en particular, refleja la fragilidad económica que afecta a muchas comunidades del país y deja a miles de familias sin trabajo y sumidas en la incertidumbre.