
Los abortos espontáneos se multiplican por 10 en Gaza desde el inicio de la guerra
Hay heridas que no cicatrizan. Dolores tan profundos que es imposible ignorar. Son traumas que, aunque sanen, no logran irse. En la Franja de Gaza, cada per...
Hay heridas que no cicatrizan. Dolores tan profundos que es imposible ignorar. Son traumas que, aunque sanen, no logran irse. En la Franja de Gaza, cada persona aún con vida acarrea al menos uno así. A veces se reducen a cifras pero, en otras ocasiones, es inviable. El caos, la falta de comunicaciones y, sobre todo, la violencia constante lo impiden. Pero los médicos gazatíes, aquellos que luchan contra el destino irremediable de la muerte que asola a cada habitante del enclave palestino desde hace nueve meses, tratan de denunciarlo. En la Franja de Gaza, avisan, la guerra está provocando un alarmante aumento de los abortos espontáneos entre las mujeres embarazadas. Además, entre aquellos niños que sobreviven, al menos una decena cada día pierden una extremidad. Ambos, madres y criaturas, marcados de por vida por una lesión evitable en cualquier otro lugar.