
Internacionales
Los pueblos fantasma de la Ucrania del este
La anciana Tatiana Grushka no puede con la dichosa radio. Hoy no hay manera de que funcione y tampoco se ha subido a la colina. Quizá luego, cuando acabe d...
La anciana Tatiana Grushka no puede con la dichosa radio. Hoy no hay manera de que funcione y tampoco se ha subido a la colina. Quizá luego, cuando acabe de trabajar en casa, vaya a ver si ahí arriba hay cobertura. En su pueblo, Kamianka, la nieve se está derritiendo y el barro se pega en los zapatos. La humedad y el viento han empezado a mordisquear las casas de los que huyeron como oliéndose la destrucción y el abandono. Donde había 1.300 personas, ahora quedan unas 40, pues gran parte de los vecinos se fueron cuando empezaron los primeros ataques, hace un año ya.