
Recuerdos del terremoto de Sichuan: primero eran cientos de muertos, luego llegaron a 90.000
Alcanzar las zonas más afectadas por el terremoto de Sichuan (China 2008, magnitud 7,9 y cerca de 90.000 muertos y desaparecidos) era un auténtico calvario, un proceso len...
Alcanzar las zonas más afectadas por el terremoto de Sichuan (China 2008, magnitud 7,9 y cerca de 90.000 muertos y desaparecidos) era un auténtico calvario, un proceso lento y tedioso para una persona a pie, imposible casi para la maquinaria pesada que hacía falta para levantar las toneladas de escombros que sepultaban a las personas en lo que antes era su hogar o su colegio. Cuando uno por fin llegaba a los lugares cerca del epicentro de aquel seísmo en el corazón de China, uno de los primeros sonidos que escuchaba eran los golpes metálicos, secos, de las barras de hierro con las que la población local trataba de agrietar las piedras que sepultaban a sus allegados, a la espera de las excavadoras. Si alguien sentía algo bajo los escombros (una persona pidiendo ayuda), todos los vecinos y los equipos de rescate se concentraban en ese punto del amasijo, y arrancaban los esfuerzos de rescate. En los primeros días, los milagros empiezan a encadenarse: adultos, niños y ancianos que son rescatados a las 24, 48 o 72 horas del desastre, con las caras teñidas de polvo gris y recobrando la vida a bocanadas. Por eso es clave la movilización temprana de los equipos de emergencia y de la ayuda internacional.