
Reforma laboral:
Qué es el “banco de horas” y cómo cambiará la jornada trabajada
El Gobierno nacional confirmó que llamará a sesiones extraordinarias para debatir sobre la reforma laboral. Uno de los ejes que genera mayores controversias es el denominado “banco de horas”.
Qué es el “banco de horas”
El banco de horas es una forma flexible de organizar el tiempo de trabajo. En lugar de pagar las horas extras con un recargo, las empresas pueden acumular esas horas adicionales en una especie de “cuenta personal” del trabajador.
De acuerdo a los fundamentos oficiales, cuando la actividad baja o el ritmo laboral disminuye, el empleado puede usar ese saldo para tomarse días libres o reducir su jornada, sin que se le descuente del salario.
Por ejemplo, si una semana un empleado trabaja diez horas más de lo habitual, esas horas se guardan en su banco. Más adelante, puede utilizarlas para salir antes o tomarse un día libre, manteniendo su remuneración.
Cabe aclarar que el banco de horas no elimina la posibilidad de cobrar horas extras. El artículo 201 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) no está en los planos de ser modificado, se garantizan los recargos del 50% para días comunes y del 100% para sábados después de las 13, domingos y feriados.
Qué dice el proyecto de Romina Diez
El concepto fue mencionado por el secretario de Trabajo, Julio Cordero, durante el reciente Coloquio de IDEA. El funcionario planteó que el “banco de horas” podría incorporarse a la reforma laboral como parte de una “jornada elástica”, es decir, con la posibilidad de extender o reducir las horas según las necesidades productivas de cada sector.
El texto que introduce esta posibilidad en el proyecto de la diputada Romina Diez, que se viralizó en estos días, es el artículo 197 bis. Este artículo establece que los convenios colectivos podrán prever bancos de horas, francos compensatorios u otros regímenes de flexibilidad, siempre garantizando un mínimo de 12 horas de descanso entre jornadas y sin modificar la jornada legal de 48 horas semanales.
Es decir, se permitiría distribuir de manera desigual la jornada semanal o mensual, compensando los excesos con descansos posteriores. Las horas adicionales dejarían de ser consideradas “extras” voluntarias y pasarían a formar parte del contrato laboral, redefiniendo así el concepto de tiempo de trabajo.
El modelo griego
Este sistema fue recientemente implementado en Grecia, donde permite extender la jornada laboral diaria de ocho a un máximo de trece horas, aunque con límites y compensaciones.
El nuevo esquema habilita a las empresas a ampliar la jornada hasta cinco horas adicionales por día, pero solo tres veces por semana y hasta un máximo de 37 días al año. Estas horas extra no se pagan con recargos tradicionales, sino que se compensan con descansos posteriores o jornadas más cortas en otros momentos del año.
Se fundamentó en la adaptación de la organización del trabajo a los picos de demanda sin aumentar el costo laboral. Sin embargo, sindicatos y organizaciones sociales advirtieron que podría debilitar la protección de los límites horarios, especialmente si no se controla adecuadamente la compensación.