
Seis meses de guerra: condenados a negociar
El balance de los primeros seis meses de la guerra desencadenada por Vladímir Putin en Ucrania es devastador. Lo es para Ucrania...
El balance de los primeros seis meses de la guerra desencadenada por Vladímir Putin en Ucrania es devastador. Lo es para Ucrania, víctima de una destrucción pavorosa de muchas de sus ciudades, pero también para Rusia, que padece sanciones sin precedentes y un severo aislamiento internacional. Las consecuencias negativas de la guerra alcanzan también a los países de la Unión Europea, que se preparan para uno de los inviernos más difíciles desde la Segunda Guerra Mundial y la crisis del petróleo de 1973, como consecuencia del desbarajuste en el suministro de gas y en los precios de la energía provocados por la contienda. Por último, el impacto del conflicto alcanza también muchos países en vías de desarrollo que han visto limitado su acceso a los cereales ucranianos, a pesar del acuerdo de última hora que ha permitido exportar una parte de la cosecha. Ante semejante catástrofe, provocada por la insensata y condenable decisión de Putin, no cabe otra política que la de multiplicar esfuerzos y diplomacia para poner fin a la agresión y abrir negociaciones que permitan acabar con la guerra. Ante la magnitud de la catástrofe, su coste en vidas y en millones de ucranianos desplazados, y su impacto sobre la estabilidad internacional, todos los actores involucrados deben actuar de acuerdo al interés general y acordar cuanto antes un cese el fuego aceptable por las dos partes.