Día del Agrimensor: la necesidad del hombre de determinar la propiedad inmueble
La agrimensura es una de las profesiones más antiguas que se conocen.
El 23 de abril se celebra en Argentina el Día del Agrimensor, en recuerdo de esa fecha de 1963 en que el Gobierno de La Rioja estableció el Decreto Ley 19.955 que declaró al agrimensor como oficial público, quedando “facultado para dar autenticidad a los actos que ejecute y a los instrumentos en que intervenga como tal”.
Por ese motivo la Federación Argentina de Agrimensores (FADA), estableció en 1964 el 23 de abril como Día Nacional del Agrimensor.
La agrimensura es una de las profesiones más antiguas que se conocen: el Código de Hammurabi, Rey de Babilonia que vivió hacia el siglo XXIII antes de Cristo, indicaba operaciones dominiales, impositivas y de registración inmobiliaria que constituyen las expresiones más antiguas que se conocen sobre estos actos administrativos en que haya intervenido el experto en mediciones territoriales.
Herodoto que vivió del 480 al 424 antes de Cristo,, escribió una historia en dialecto jónico en la que relata cómo en el antiguo Egipto los desbordes del Nilo borraban los deslindes de las propiedades inmuebles, por lo que anualmente era necesario volver a medirlas y restablecer sus límites. Estas tareas las realizaban expertos en mediciones llamados “harpedonaptes”, que determinaban los límites con gran precisión.
Esta· práctica se extendió a Grecia donde recibieron el nombre de “geómetras“.
La actual denominación de agrimensores surgió en Roma donde estos profesionales actuaban en el amplio campo del catastro con fines y efectos en los derechos Civil y Tributario, e intervenían en la fundación de ciudades y colonias romanas de los territorios que conquistaban.
Desde esas remotas épocas, cuando el respaldo de la propiedad inmueble se encontraba en su· desarrollo primario, hasta hoy, en que se encuentran muy perfeccionados, el hombre siempre quiso tener bien determinados los límites de su propiedad inmueble y los derechos emergentes de su
condición de propietario, el sentimiento humano de pertenencia, del dominio de lo que se tiene, cuida y defiende ese bien donde se asienta y que le da seguridad física, donde asegura su subsistencia y el porvenir de su familia.
Pues bien, es el agrimensor el que identifica, deslinda, mide y evalúa la propiedad inmueble, pública o privada, edificada o rústica, tanto en la superficie común como en el subsuelo, y es quien organiza el catastro territorial con su registración tributaria y de los derechos reales que se le aplican. Además estudia, proyecta y dirige el ordenamiento parcelario, rural y urbano.